Lo de los amigos, salir a cenar mensualmente y ponerse al día con una copa generosa de vino tinto. Alice y Lia siempre conocieron y discutieron este tema del amor digital. Una red de cables invisibles en todo el mundo, pero cada uno dentro de su cuadrado, incluso conectado, interconectado, enchufado, completamente solo, necesitando encontrar a alguien en quien confiar o no.
La mujer podía ser rubia, morena, pelirroja, pelo largo, corto, rizado y liso, no importaba a menos que encendiera la cámara web. El hombre podía ser guapo o macho, dependía de la cámara web. Si no funciona o se encuentra cara a cara con un tipo de "virus", mejor colóquelo en el contenedor y elimínelo.
Esa noche, los ojos de Alice eran diferentes, tenían un brillo enigmático y una lágrima disfrazada, el amigo detectó en ese momento que el otro estaba enamorado.
- ¿Lo es? Alice todavía preguntó con ese ingenio y delicadeza de su mirada azul. - Soy muy indeciso, nos conocimos en la webcam, es el tipo de hombre que se deleita. Está separado, pero a mi edad amigo ya no importa y quieres verme en persona. Sé que hablamos mucho sobre este tipo de relaciones, pero ...
El otro tomó un sorbo de vino, la miró y pensó: "Tan fuerte y decidido en el trabajo, cuidando a padres y amigos en los tiempos difíciles". Ahora se ve indecisa, con el coraje de un hilo y su corazón latiendo con fuerza para saber, en opinión de una niña pobre, sobre su futura relación amorosa a través de Internet. ¿Y si fuera ese hombre como un virus? Lo que podría decir si viera que el corazón ya había decidido.
- Profundo amigo, si él te deleita, vive y en color, cara a cara puedes estar seguro y verifica si las redes invisibles de mentiras mienten sobre él o no.
Alice apostó por las horas de las conversaciones digitales. Hoy es madre y sigue siendo una excelente profesional, tiene su pareja, que no era ni es un "virus", que disfruta del dulce, ingenuo y delicado aspecto azul de la mujer fuerte y decidida que es.